La Argentina está cada día más pendiente de la coronación oficial
de Lionel Messi como mejor jugador del planeta. Y en Rosario, su ciudad
natal, la cercanía de las galas de France Football y de los premios
FIFA han movilizado al club formador del futbolista blaugrana para
realizarle un homenaje histórico.El próximo 22 de diciembre, el Club
Atlético Newell’s Old Boys de Argentina le modificará su nombre al
estadio El Coloso del Parque (fundado el 23 de julio de 1911) y lo
rebautizará como Marcelo Bielsa, en reconocimiento a todo lo que le ha
representando el entrenador a la institución hasta convertirse en un
prócer rojinegro. Y en ese marco, con el presidente Guillermo Lorente a
la cabeza de los actos, el club del que Messi es aficionado desde su
infancia quiere sumar al crack de Guardiola a los festejos y entregarle
simbólicamente las llaves del estadio.
Otra de las ideas es
invitar a Lionel a visitar el campo formativo de la cantera, llamado
Malvinas Argentinas, recientemente refaccionado luego de que finalizara
el muy criticado gobierno del ex presidente Eduardo López, quien manejó
el club durante 14 años ininterrumpidos. En ese predio de fútbol
infantil, precisamente, Lionel se entrenó hasta que su familia decidió
armar las maletas y marchar a Barcelona. Con un detalle no menor: en
una de las últimas sesiones de Comisión Directiva, en Newell’s se
comentó la posibilidad de ponerle el nombre de Messi a algún sector del
predio de Inferiores, una forma de tener a Lionel presente y de
convertirlo en un ejemplo a seguir por todos los canteranos del club
rosarino. Para Newell’s, Messi es motivo de orgullo a pesar de que no
haya llegado a jugar en Primera División del equipo de La Lepra.
Sin
embargo, el homenaje a Messi corre peligro debido a la superposición de
fechas: ese mismo 22 de diciembre estarían jugando en el Camp Nou la
selección de Catalunya contra la absoluta albiceleste. Y Messi, claro,
sería la principal figura del equipo nacional argentino.
La clasificación aplaca las tensiones en la albiceleste
La
presencia de Argentina en el Mundial ha cambiado el país por completo.
Las tensiones, las críticas encarnizadas y la revolución sangrienta que
se mascaba alrededor de Maradona y Messi -santo y seña de la actual
albiceleste- se han visto relegadas. Es época de tregua. Diego, Leo y
el resto de integrantes de la selección pueden tomarse un respiro,
sacudirse la enorme presión que han soportado y afrontar con más calma
el camino hacia el gran evento del verano.
La concentración de
Argentina en Madrid marca un antes y un después en la reciente historia
de la albiceleste. Derrotas al margen, Leo ha disfrutado como pocas
veces durante su estancia con la selección. Siempre arropado por su
amigo Javier Mascherano, el crack azulgrana ha tenido tiempo para
charlar con sus compañeros y aclarar conceptos con Maradona. Ambos
están un momento clave de su carrera y Madrid ha sido el marco perfecto
para cicatrizar malentendidos. A su regreso, Leo ya ha confesado estar
mucho más aliviado. Y el Barça seguro que lo agradece.
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