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Messi lideró la victoria de Argentina
12:04 PM
Argentina comenzó su actuación en el Mundial con una cómoda victoria
ante Nigeria (1-0), un rival que obligó a lucirse poco al conjunto de
Diego Maradona, que se conformó con un tanto de cabeza de Gabriel
Heinze
Más de media docena de ocasiones tuvo en sus botas el delantero del
Barcelona, fuente constante de peligro pero negado de cara al gol, en
ocasiones por los pocos centímetros que separan el tanto del fracaso y
las más de las veces por el buen hacer de Enyeama.
A falta
de suerte para el rosarino, la victoria se logró merced a un potente
cabezazo de Heinze en el minuto 6, sólo en el punto de penalti nigeriano
al saque de un córner.
Argentina salió en tromba para
demostrar la jerarquía que se le supone el equipo de Maradona, que
alineó el once con el que viene trabajando desde su llegada a Sudáfrica,
una apuesta muy ofensiva, con cuatro hombres en punta: Tévez, Messi, Di
María e Higuaín.
La prueba no fue concluyente, porque
Argentina tampoco necesitó elevar su nivel para ganar el encuentro. El
cabezazo de Heinze culminó la fase de acoso argentina, que había contado
con un par de internadas de Messi, la primera con disparo del propio
rosarino y la segundo con centro a Higuaín. En ambos casos sin éxito.
Tras el tanto del defensa del Marsella, Argentina se limitó a
controlar el encuentro, a tener el balón y a esperar a los momentos de
lucidez de Messi.
Poco a poco perdió brillo y en la segunda
mitad incluso dejó planear el fantasma del empate en alguna jugada que
los nigerianos no supieron aprovechar. La entrada de Martins y Odewingie
reactivó el juego ofensivo nigeriano, pero las Súper Águilas
demostraron que están muy lejos de la generación que en los años 90 hizo
pensar que podían codearse con los mejores.
El aporte del
técnico sueco Lars Lagerback no parece haber mejorado al equipo, sobre
todo porque dejó en el banco de entrada a la estrella Obafemi Martins.
El partido no resolvió las dudas sobre Argentina, apenas sirvió
para constatar que los jugadores sienten la camiseta, como no para de
repetir Maradona, y que su implicación en el equipo es total.
Pero
la escasa magnitud del rival no sirvió para comprobar si el heterodoxo
esquema con el que saltó el equipo servirá cuando las cosas se pongan
más complicadas.
Argentina tuvo el balón pero no supo qué
hacer con él, más allá de los fogonazos de Messi y de las jugadas a
balón parado, la única fuente de peligro.
El barcelonista de
Rosario estuvo inspirado. Buscó con ahínco la portería rival, regateó
con habilidad a los defensores nigerianos y tuvo tiempo de colocar
varios disparos que no se convirtieron en gol por el buen hacer del meta
Enyeama. Así lo hizo en tres ocasiones en el primer tiempo y en otras
tantas en el segundo.
De sus botas salió la mayor parte del
fútbol ofensivo de Argentina, tanto por sus internadas en el área, que
acabaron casi siempre en disparos colocados e intervenciones
espectaculares del meta, como por los pases de gol a sus compañeros, en
particular a un fallón Higuaín, que no estuvo acertado de cara a la
meta.
Pero más allá del juego creado por el rosarino,
Argentina se mostró poco eficiente, sin ideas, incapaz de superar la red
tejida por los nigerianos y eso que se demostró que, a poco que se la
empujara, la defensa nigeriana estaba lista para ser derribada.
Si
Higuaín estuvo poco acertado, Di María anduvo desaparecido, mientras
que Tévez sólo hizo notar su presencia de forma puntual. Lo mismo que
Verón, que a sus 35 años no aportó un plus de experiencia al equipo. Más
sereno estuvo Javier Mascherano.
Tampoco la defensa
albiceleste pareció un muro infranqueable. Con poco entusiasmo y nada de
orden los hombres de Lagerback la pusieron en apuros e hicieron aflorar
un nerviosismo que no ofrece muchas garantías de cara a rivales de más
entidad.
Sobre todo en el segundo tiempo, cuando los
africanos se lanzaron en busca del empate y demostraron que Romero no
está rodeado de una fortaleza infranqueable.
Jonás
Gutiérrez, recolocado como lateral para dar más profundidad a la banda
derecha, no rindió. El jugador del Newcastle se vio superado en alguna
jugada y su aportación al ataque fue modesta.
Argentina
puede regocijarse del resultado siempre y cuando sea consciente de que
tiene que elevar su nivel para ganar el Mundial. Maradona reconoció la
víspera que la albiceleste está sólo al 6,5 sobre diez. Ante Nigeria
ganó tiempo para mejorar su nivel.