Diciembre dorado, de ensueño.
Diciembre inolvidable, mes que empezó con la victoria desde el
banquillo ante el Xerez y que continúa ante el Deportivo en un partido
importante para seguir sumando puntos y minutos de juego. Pep Guardiola
ha trazado su 'plan Messi', personalizado, aunque guiñándole el ojo a
Ibrahimovic, su pareja de baile. Leo tendrá los minutos que necesite
para coger ese punto de brillantez que le hace especial, le dará lo que
pidan sus piernas y lo que necesite su cabeza. Mirando, eso sí, el
título que más ilusión le hace a la plantilla, la guinda de un pastel
enorme: la Copa del Mundo de Clubs en Abu Dhabi. Antes, el Barça tendrá
otra cita importante en Kiev, otro partido clave en condiciones
extremas.
Sopla polvos de oro
Leo sopla polvos de oro, sabe que es grande gracias al Barça. Por
eso, mientras posa sonriente ante la cámara del fotógrafo comenta que
"un pedazo de estos premios es para cada uno de mis compañeros, de mis
técnicos, de la gente que me ha apoyado, de los que me quieren". Antes
ha hablado de su familia, porque Matías golpea a la puerta si se alarga
la sesión más de una hora, porque los suyos son los que de verdad le
importan.
A Coruña es la primera gran cita de Leo, Pep quiere que lo intente,
una y otra vez, que drible a quien quiera, que haga su fútbol. El
técnico sabe que a Leo no hay que ligarlo, que atado muere, que es tan
inteligente que cuando el equipo lo necesite sobresaldrá, no porque
tenga afán de protagonismo. Leo es posiblemente el Balón de Oro con
menos necesidad de auto-bombo. Es mediático porque su fútbol sobrepasa
lo natural, no porque busque las portadas.
De A Coruña a París y vuelta a empezar. De París a Kiev para seguir
soñando con la Champions del Bernabéu, después el derbi ciudadano. Y
llegará Abu Dhabi, "la Copa que nunca hemos ganado, que nunca ha ganado
el club y la que queremos de verdad, porque es entrar en la historia,
es seguir haciendo historia".
Otro avión privado le permitirá volar directamente de los Emiratos
Árabes a la capital del fútbol mundial. Jorge y Celia han reservado sus
vuelos para Zurich. La FIFA adora homenajear a las humildes familias de
sus cracks, organiza la fiesta pública pensando en las televisiones
pero donde realmente se crece es en la atención a los que más importan
al número uno. Los padres de Messi no podrán estar el domingo en París,
pero se sumarán al resto de la familia en el momento en el que Joseph
Blatter pronuncie el nombre del futbolista escogido por seleccionadores
y capitanes del mundo, con sorpresas, con ídolos de la infancia de Leo,
con invitados especiales. El día 21, en Zurich, Leo recibirá el segundo
gran premio individual pero quiere el colectivo: quiere la Copa del
Mundo.