"Siempre nos quedará París”. Fue la frase con la que cerraron ayer
el día los hermanos Messi. Leo compartió la gala de la entrega del
Balón de Oro en París con sus hermanos, Rodrigo, Matías y Mariasol,
encantados con el reconocimiento a su hermano pequeño. La ausencia de
los padres del 'crack' argentino, Jorge y Celia, fue suplida por una
velada familiar entre hermanos.
Una noche frenética esperaba a Leo Messi tras el partido disputado
con el Barça en Riazor en el que a pesar de los nervios por lo que
venía después, el argentino tuvo tiempo para anotar dos goles para su
equipo. Un avión privado y por la noche pisando París.
El cansancio no se apoderó de la familia Messi, que no paró de
contar anécdotas y recordar buenos tiempos, como por ejemplo cuando
pensaban que quien iba para 'crack' futbolístico de la familia era
Rodrigo Messi.
Ducha, traje negro, camisa blanca, y a recoger el balón de ocho
kilos. Un acto en el que estuvo acompañado también por el presidente
Joan Laporta y el director deportivo Txiki Begiristain. El
agradecimiento de Messi estuvo dirigido a su equipo, el F.C.Barcelona.
"Me siento igual de Barcelona que de Argentina”, afirmó. "Dedico el
Balón de Oro a mis compañeros, comparto este trofeo con ellos”. El
jugador hizo hincapié en que su estancia en el Barça fue fundamental
para conseguir este título individual. "He tenido la suerte de ganarlo
todo con el Barça”, señaló 'La Pulga'.
Tras el acto, el tímido Messi se reunió con sus hermanos, a los que
agradeció públicamente su presencia en el hotel George V. Allí llegaron
a las 3 de la mañana pero el cansancio no importaba, era una noche
especial. Los cuatro Messi llamaron por teléfono a sus padres, que no
asistieron por motivos laborales, para narrarles con todo detalle la
noche más mágica vivida en París.