Cualquier persona a la hora de cuidar lo más preciado que tiene,
recurre a gente idónea y confiable, a alguien imposible de hacer el
mal. El fútbol argentino, no. Su joya más fulgurante, Lionel Messi,
está en manos de Ariel Pugliese, alias Gusano, uno de los capos de la
fracción Los Perales de la barra de Nueva Chicago, un violento que fue
investigado por la Justicia por el crimen del hincha de Tigre, Marcelo
Cejas, producido el 25/6/07 tras la Promoción que mandó al Torito a la
BN (causa que aún no tiene imputados) y que ha participado en
innumerables hechos de violencia en el fútbol. Ahora que el Estado
promete una vez más investigar los lazos entre los dirigentes y los
barras, sería bueno saber quién fue el encargado de poner al Gusano de
custodia de la estrella del Barcelona.
Pugliese, claro, no es un
desconocido en el mundo AFA. De hecho, tiene entrada libre al predio
donde se entrena la Selección y se lo vio en varias oportunidades en
prácticas vedadas para el público. Algunos estiman que su vínculo puede
provenir de Dady, el masajista de Argentina, quien cumplió tiempo atrás
igual tarea en Nueva Chicago. De todas formas, suena raro que ningún
dirigente se hubiese avivado de qué tipo de Gusano tienen adentro de la
manzana. La conducta igual es coherente: Olé ya publicó cómo se armó
una barra adicta a la Selección con violentos de Boca y de Estudiantes
entre los que había varios ex presidiarios.
En el caso de
Pugliese, éste pisaba fuerte en Chicago cuando mandaba Filomeno. Hay
una causa en Tribunales por administración fraudulenta donde se
menciona la salida de dinero para la barra en miles de pesos por mes.
La relación también fue probada por la Justicia porteña en 2007. Igual,
esto no le cerró las puertas a Gusano. De hecho, siguió parando en la
barra e involucrándose en incidentes con armas de fuego como el del
25/10/08 cuando fue baleado tras un partido mientras guardaba las
banderas de la barra. La recuperación la hizo en el gimnasio del club,
donde todos le temen, y algunos dicen que se habría vengado de sus
agresores en una causa que lleva la fiscalía 16 y en la que sobrevoló
su apodo.
Aún con ingreso vedado a las canchas varias veces, sus
contactos en el fútbol siguen tan vigentes como antes. Ahora es
custodio de Messi. Sí, vamo' vamo' la Argentina.