Lo habían advertido públicamente Pep Guardiola y Touré Yayá en la
víspera: los rivales rusos son siempre complicados. Y así fue. Si
alguien esperaba una goleada ante el equipo dirigido por Kurban
Berdyev, nada más lejos de la realidad. El Rubin venció contra todo
pronóstico en el Camp Nou, y demostró por qué es el vigente campeón de
Liga de su país. No fue por casualidad, está claro. El Inter, con un
empate en Rusia, también lo había sufrido en sus propias carnes en la
anterior jornada de Champions (1-1). Habrá que tenerlo, pues, muy en
cuenta en esta fase de clasificación. El Barça continúa líder de grupo,
pero ahora con un triple empate a cuatro puntos con su rival de anoche
y el Dinamo de Kiev. El Inter, con tres, es colista...
El
conjunto azulgrana no estuvo fino, ni en juego, ni en intensidad
física. Le faltó esa marcha más que siempre reclama el técnico
barcelonista, igual que sucedió en los dos últimos duelos ligueros ante
Almería (1-0) y Valencia (0-0). El equipo anda en estos momentos algo
justo de fuerzas. Y, por si fuera poco, tuvo la mala fortuna de
encontrarse muy pronto con un gol en contra. Apenas habían pasado dos
minutos de juego cuando Ryantsev, desde unos 30 metros, conectó un
increíble y potentísimo disparo que se coló por la escuadra de Víctor
Valdés (0-1, 2').
El inicio del duelo fue trepidante: apenas
unos segundos antes, en el primer ataque del Barça, el árbitro Laurent
Duhamel -muy protestado, por cierto, por su permisividad con la dureza
ocasional de los rusos-, había pasado por alto un claro penalty del
meta Ryzhikov a Iniesta.
El 0-1 pesó como una losa a los de
Guardiola. El Barça buscó el empate con más corazón que ideas. En la
primera mitad le faltó rapidez y frescura. Y en la segunda, ya con más
intensidad, profundidad y acierto en el último pase.
El Rubin se
defendió bien y con orden, pero aún así los azulgranas dispusieron de
varias ocasiones antes del descanso. Ibrahimovic, con un remate flojo
ante Rhyzkhov (4'); Alves, de potente disparo desde el borde del área
(15'); Pedro, de cabeza (23'); y Messi, que no llegó por muy poco a una
asistencia de 'Ibra', tuvieron las más claras.
Aparece Ibrahimovic
A
pesar de contar con Xavi, Iniesta y Messi en el once -ninguno de los
tres tuvo su noche-, a la media del Barça le costó conectar en punta
con su fichaje estrella de la temporada. Cuando lo hizo, eso sí fue
letal. El sueco devolvió el aliento al Camp Nou logrando el empate nada
más comenzar la segunda parte. Y qué golazo. Xavi asistió en
profundidad, el sueco hizo un magnífico control dirigido con el pecho
en el área... y su remate a la media vuelta, tras tocar en la base del
poste, se coló como un obús en la portería rusa (1-1, 47').
El
Barça aumentó la intensidad en su juego, se multiplicó recuperando
balones, y llegó a arrinconar a su rival tras el gol. Ibra, de falta,
estuvo cerca de lograrlo con un lanzamiento de falta que salió rozando
el poste (71'). Pero poco después todo se quedó en agua de borrajas.
Una pérdida de balón en la media dio origen al gol del triunfo del
Rubin Kazan. Domínguez lo recuperó, asistió en profundidad para
Karadeniz... y éste, tras colarse entre Piqué y Márquez, batió a Valdés
de potente disparo (1-2, 73').
¡Malditos postes!
Cuando
mejor pintaban las cosas, el Barça sufrió otro duro golpe. Y de este ya
no hubo forma de levantarse. Estuvo a punto de conseguirlo Ibrahimovic
que, a falta de diez minutos para el final, engatilló un trallazo a
bocajarro que se estrelló en el larguero. Y también Touré que, ya en el
descuento, estrelló otro cabezazo en el poste.
Pero no sirvió.
El Barça sufrió su primera derrota de la temporada. Lo único positivo
es que tiene margen para enmendar su tropiezo. Como dijo Touré, en la
próxima jornada, hay que ganar sí o sí al Rubin en su gélido campo. Y
no fallar tampoco ante al Inter, en el Camp Nou, ni ante el Dinamo de
Kiev, fuera.