El Barcelona no tuvo suficientes argumentos futbolísticos para sumar
una victoria ante el Rubin Kazan ruso, a pesar del incesante dominio
que ejerció durante buen parte del partido, y sumó un empate sin goles
que no le aclara definitivamente su pase a la siguiente ronda.
Los de Pep Guardiola tuvieron las mejores ocasiones para decantar el
partido a su favor, especialmente en un remate de Zlatan Ibrahimovic
que repelió el poste en el minuto 3, pero cedieron en los últimos
minutos ante el empuje del equipo tártaro, bien plantado en el campo y
con un buen tono físico.
Un rival parapetado en torno a su
portería, una temperatura ambiental bajo cero, hierba demasiada alta y
un equipo muy rocoso en frente. Todo fueron inconvenientes para el
Barça desde el principio, incluso el remate al palo de Ibrahimovic,
tras una buena asistencia de Iniesta, en el minuto 3.
Guardiola
alineó a su mejor equipo. Puso a Alves de inicio y a Puyol junto a
Márquez en el eje central, una discutida posición tras el fallo de
Rafael Márquez en Pamplona, pero el problema del Barcelona no estaba en
la retaguardia, sino en la creación.
La densidad de futbolistas
fue el principal argumento ofrecido por Kurban Berdiev. El técnico del
rosario copió su táctica del Camp Nou, consciente de que era imposible
imitarla, visto el enorme beneficio obtenido, y al final su equipo
rascó otro punto, cuatro en los dos partidos jugados ante el
todopoderoso Barça.
El cerrazón defensivo, la velocidad de
Karadeniz y la calidad de ''El Chori'' Domínguez fue lo único que opuso
el Rubín en el primer tiempo, que llegó una vez a la meta de Valdés,
pero estuvo a punto de marcar, tras un remate de Ryazantsev.
El
peso del juego fue exclusivo para el Barça. Dominó el partido y a falta
de explotar las virtudes de sus jugadores por banda; Guardiola buscó
soluciones ofreciendo a Zlatan Ibrahimovic como referencia en la punta
de ataque.
El músculo de Touré y de Keita ofreció múltiples
recuperaciones, aunque a Xavi, Iniesta y Messi les faltaban un punto de
precisión para redondear la faena.
Tras el remate de Ibrahimovic
en el minuto 3 al palo, el Barça se acercó con un tiro de Xavi que
salió por encima del travesaño (m.19) y una aproximación de Messi ante
de la meta de Ryzhikov, que fue el más destacado de su equipo.
El argentino, muy activo, aunque poco afortunado en la punta de ataque,
tuvo cerca el gol con un remate junto al palo izquierdo de la meta
rusa. Ryzhikov también estuvo afortunado en una jugada ensayada de
falta que salvó ante Iniesta (m.40) o en un remate de Ibrahimovic, que
cerró el primer tiempo.
Metió el campeón de Europa al Rubin Kazan en su área desde el primer minuto de la reanudación, pero con el mismo resultado.
Alternó
la posición de sus puntas, buscó entrar por las bandas, Ibrahimovic
salió de su posición para abrir espacios, pero los azulgrana seguían
sin derretir el hielo, aburridos por la telaraña rusa.
Un remate
de Touré y otro de Iniesta, en los primeros minutos del segundo tiempo,
fueron los argumentos iniciales del Barça, que fue perdiendo gas con el
paso de los minutos.
Después, la entrada del goleador Bukharov
le dio más posibilidades a su equipo. El ruso tuvo una grandísima
ocasión que salvó Valdés en el minuto 78 y otra menos clara en el 88.
La entrada de Henry por Keita, a siete minutos para el final, no aportó
nada al ataque barcelonista. El francés tuvo dos ocasiones, pero se
mostró apático.
Ahora el Barça, con cinco puntos después de
cuatro partidos, debe estar atento para cerrar su clasificación. En la
próxima jornada recibe la visita del Inter de Milán y cerrará la
primera fase con otro complicado desplazamiento al frío, esta vez a
Kiev.