Pep Guardiola no tiene la
intención de oponerse a que Leo Messi se desplace a Argentina después
de la Supercopa de Mónaco. Como ya ocurriera en verano pasado con la
convocatoria del crack para los JJOO de Pekín, el técnico azulgrana
antepone el bienestar del Messi persona, siempre y cuando lo vea en
perfecto estado físico para afrontar un partido así. Leo y Pep aún no
han hablado sobre el tema, ya se abordará en su momento, pero el
delantero ha avanzado su deseo y el técnico esperará a manifestarse
cuando llegue el momento.
Messi se marchará, pues, a
Buenos Aires tras la Supercopa de Europa contra el Shakhtar del próximo
día 29 en Mónaco y será baja el día 31 contra el Sporting Gijón.
Reglamento FIFA en mano, de cara al trascendental duelo con el Brasil
de Dani Alves del próximo 5 de septiembre Argentina puede disponer de
sus internacionales a partir del 1-S; si Leo jugara con el Barça el día
31, se perdería la toma de contacto del citado 1 de septiembre en
Buenos Aires; al tratarse de un encuentro premundialista, la ley está
de parte de albiceleste.
No sólo Messi sino también el
seleccionador Diego Armando Maradona han hablado con Guardiola; siempre
partidario del diálogo en vez de buscar trabas, Pep ha entendido las
legítimas reivindicaciones de uno y otro, de ahí que haya dado luz
verde a que Messi llegue a su país el día 31 y se sume a los
preparativos de la albiceleste 24 horas después.
Como es
tradición, Leo se alojará en el hotel Intercontinental hasta el 3-S,
que es cuando Maradona concentrará a sus hombres en Ezeiza para viajar
a Rosario, sede del choque con la 'canarinha', el día 4. Los primeros
días habrá dobles sesiones de entrenamiento en Buenos Aires, pero los
jugadores no dormirán juntos. "Haremos todo lo posible para que Leo
llegue en perfectas condiciones físicas al partido. Hay muchas cosas
que pulir antes dle mismo", aseguró ayer el 'pelusa'