La victoria del España en la pasada Eurocopa implicó el
reconocimiento mundial para el mejor jugador del torneo, un Xavi
Hernández majestuoso, libre, finalmente despegado de comparaciones
fútiles. El volante ve el fútbol como nadie más y a su inteligencia ha
unido un dominio total de su cuerpo, permitiendo una perfecta puesta en
práctica de todo aquello que maquina en la mente.
Xavi, titular
en todos los partido de la Liga excepto uno, domina la zona ancha del
campo con sus peculiares giros de cuello, esos con los que descifra el
desarrollo del partido. A esa habilidad congénita, el catalán ha
añadido mayor facilidad para asomarse al balcón del área y sumar hasta
seis goles, aunque su faceta asistente es la que más agradece esa
ganancia de metros: 16 asistencia de gol.
Al lado del segundo
capitán azulgrana sigue creciendo Andrés Iniesta, el jugador más
versátil de la plantilla y consagrado en el panorama futbolístico
mundial tras su gol agónico en Stamford Bridge. Guardiola, poco dado a
los elogios, no ha dejado de alabar semana tras semana la labor
silenciosa e impagable del albaceteño, indispensable ya en Can Barsa y
mimado para llegar a la final de la 'Champions' en Roma.
Iniesta
ha crecido esta temporada hasta convertirse en un futbolista total,
capaz de defender, atacar, regatear, pasar y golear, cinco suertes
básicas del fútbol que ya ha logrado dominar, antes de cumplir mañana
los 25 años. Su importancia quedó evidente durante la lesión que le
dejó fuera, el mismo periodo en que el Barcelona sufrió el único bajón
del año.
El manchego se recuperó y volvió para liderar la segunda
parte de esta temporada en la que acumula cuatro goles y ocho
asistencias de gol en Liga. Ya sea laborioso en mediocampo o imparable
en la delantera, el de Fuentealbilla se ha convertido en uno de los
diez fundamentales de Guardiola: Valdés, Piqué, Márquez, Puyol, Alves,
Xavi, Iniesta, Messi, Eto'o y Henry.
El técnico fue perfilando
poco a poco a su equipo hasta dejar solo dos incógnitas habituales, un
puesto en el mediocampo para Touré o Busquets y la plaza de lateral
izquierdo, por una lesión de Abidal que, en cualquier caso, tampoco ha
destacado por su rendimiento. Innegociablemente, el equipo empezaba por
Valdés, que aspira a repetir el Zamora de 2005 y acababa en Eto'o, que
puede repetir su 'Pichichi' de 2006.
En la defensa, la casta
inigualable de Puyol se ha traslado habitualmente a la banda por la
pujanza de Gerard Piqué. Repescado del Manchester United el pasado
verano, el 'hijo pródigo' se ha convertido en la verdadera revelación
del equipo, gracias a una autoridad muy poco habitual que le ha llevado
a la titularidad con la selección española a sus 22 años.
Con
Xavi e Iniesta en la sala de máquinas quedaba garantizado el suministro
de balones francos a la delantera, letal pieza por pieza. Gran parte
del excepcional rendimiento ofensivo del Barcelona corresponde a
Guardiola, que ha recuperado para la causa a Eto'o y a Henry, por
momentos aquella gacela elegante y letal que levitaba con la camiseta
del Arsenal.
La guinda de este ataque voraz y desbravado
estrenaba el dorsal '10' tras la marcha de Ronaldinho. Leo Messi ocupa
el trono futbolístico mundial con permiso de Cristiano Ronaldo, y su
incipiente reinado contagia al Barcelona, una entidad acostumbrada a
encumbrar ídolos a la misma velocidad que los devora.
Al
principio de la temporada, Messi no debía participar en los Juegos
Olímpicos según una resolución judicial, pero Guardiola le permitió
viajar a Pekín y colgarse la medalla de oro, logrando una gratitud que
el argentino ha expresado en forma de goles, regates y, sobre todo,
dominio.
31 partidos jugados, 23 goles, 5 asistencias, número
esta temporada de un futbolista cuya importancia trasciende las
matemáticas. Messi, que logró la victoria en los últimos minutos con
sendas acciones espectaculares en Pamplona y Santander, ha dejado de
lado cualquier tipo de egoísmo regalando más que nunca su talento al
servicio del equipo. Él mismo se ha beneficiado del cambio completando
su mejor año goleador (23 tantos).