El estadio madridista volvió a servir el sábado para coronar a uno de los grandes cracks del Barça
El 17 de febrero de 1974 es un día que está gravado con letras de oro
en la memoria de todos los culés. Johan Cruyff marcó uno de los cinco
goles de la histórica ‘manita’ en el Santiago Bernabéu y demostró que
era un jugador de otra dimensión. La misma que exhibió Leo Messi 35
años después. El argentino fue una pesadilla para la defensa del Real
Madrid y con su ‘doblete’ condujo al Barça a una de sus victorias más
memorable, por no decir la que más en 111 años de existencia.
Cruyff
fue uno de los autores de los tantos de la mítica goleada que
completaron Asensi (2), Juan Carlos y Sotil. Esta victoria permitió
conquistar el título de Liga, de la misma manera que la exhibición de
Leo ayudará a lograr otra Liga, con un sabor muy especial por la
persecución del Real Madrid durante la segunda vuelta del campeonato.
Johan puso el Bernabéu patas arriba en su primera visita en el feudo
madridista. Messi, por su parte, participó de un resultado de escándalo
la primera vez que veía puerta en el terreno del eterno enemigo.
El
holandés consiguió tres veces el título del Balón de Oro a lo largo de
su carrera. El argentino se ha quedado los dos últimos años con la miel
en los labios, pero esta temporada está demostrando un nivel superior a
los candidatos de ejercicios anteriores como Kaká o Cristiano Ronaldo.
No hay un crack en el mundo que marque las diferencias como hace él. Y
si existe quizá sea vestido de blaugrana como ocurre con Andrés Iniesta.
Otro
Balón de Oro, Ronaldinho, también es uno de las estrellas del Barça que
dejó su sello particular en el Santiago Bernabéu. Fue en la temporada
2005-06 cuando volvió loco a otro de los damnificados de ayer, Sergio
Ramos, con dos golazos que provocaron el aplauso generalizado del
estadio madridista.
En los últimos tiempos han destacado otras
grandes actuaciones de futbolistas blaugranas, aunque no consiguieron
resultados tan contundentes como los anteriores y sus partidos no han
tenido un impacto mediático tan espectacular.
Por ejemplo, Luis
Enrique fue un azote para el Real Madrid cada vez que visitaba el feudo
blanco. Marcó dos goles decisivos, en la temporada 1997-98 (la de la
‘butifarra’ de Giovanni) y en la 2002-03, con celebraciones llenas de
rabia.
Rivaldo también fue protagonista, en especial, en la
campaña 2000-01 cuando logró un ‘hat-trick’ que quedó en ‘doblete’ por
culpa de Losantos Omar que le anuló un gol legal (2-2).
Un ‘doblete’ que le dispara hacia el Balón de Oro
Leo
Messi se está consagrando como el mejor jugador del planeta cada
partido que pasa. El argentino está completando su temporada más
regular como blaugrana y sus actuaciones en las grandes citas les están
empujando de forma imparable hacia el Balón de Oro. Si en las dos
anteriores tuvo como gran handicap para quedarse sin el galardón la
falta de títulos, en esta ocasión ya tiene la Liga prácticamente
asegurada y otros dos, la Champions y la Copa del Rey, a tiro