Muchos son los
aficionados que prefieren que los entrenadores no jueguen a ser
geniales tocando lo que ya funciona. Todos esos temblaron al ver a
Eto'o en la banda derecha. ¡El goleador lejos del área! Y además el
camerunés, llamado a ser protagonista en su regreso al Bernabéu. Todo
para dar libertad a Messi. Con el argentino de falso '9' el Barça podía
ganar en movilidad y capacidad de sorpresa, pero podía perder pegada.
Guardiola
arriesgó y acertó. En algunas ocasión había intercambiado las
demarcaciones de Messi y Eto'o en el transcurso de partidos bloqueados.
Como recurso, no como plan.
El de Santpedor decidió
sorprender a Juande Ramos justo después de que Guus Hiddink frenara a
Messi con una organizada defensa de ayudas en el Barça-Chelsea del Camp
Nou. No dio la oportunidad al entrenador del Madrid de copiar al
holandés. Rompió sus planes. Pep se anticipó a Juande.
Funcionó
Messi en la mediapunta, conectando con Xavi e Iniesta, atento a los
movimientos de Henry y Eto'o, como sucedió en el 1-1, cuando picó el
esférico por encima de Sergio Ramos para que el francés se plantara
solo ante Iker y lograra el empate. En esa posición aprovechó dos
servicios de Xavi para marcar dos goles. Por algo es el máximo goleador
de la elite del fútbol europeo, con 36 dianas oficiales.
El
sacrificio de Eto'o lejos del centro fue digno de elogio. Jugó para el
equipo, trabajó en la presión, no dejó subir a Heinze. No marcó en
plena lucha por el Pichichi y la Bota de Oro, pero hizo el trabajo
sucio y se ganó el respeto de todos. Su frase tras el partido también
es de aplauso: "Pep comenzó a ganar el partido al poner a Leo en el
centro y a mí en la banda. Lo tenía estudiado".
Jugaron ocho canteranos
Guardiola
utilizó a Valdés, Piqué, Puyol, Xavi, Iniesta, Messi, Bojan y Busquets
en el Bernabéu. Fue el triunfo de la cantera azulgrana