Han pasado más de cuatro meses
desde que Barça y Real Madrid se enfrentaran en el clásico del Camp
Nou, con sufrida victoria final azulgrana por dos goles a cero, pero
nadie ha olvidado que aquel día el conjunto blanco 'inventó' una
peligrosa manera de intentar frenar al jugador que en aquel momento
marcaba diferencias en la Liga y en Europa, Leo Messi, una fórmula que
ha sido imitada por otros equipos.
Los blancos se olvidaron de la portería contraria y se dedicaron en
cuerpo y alma a destruir el fútbol de la máquina azulgrana,
especialmente el de su estrella argentina. El método no era otro que el
de encadenar faltita tras faltita (alguna más fuerte que otra)
procurando que se produjera lo más lejos del área posible y que fueran
realizadas por un jugador distinto cada una de ellas. La táctica dio
resultado. Messi recibió de lo lindo y en su cacería participaron hasta
siete jugadores (Guti, Sergio Ramos (2), Sneijder, Gago, Raúl, Drenthe
y Cannavaro) en ocho infracciones totales de las que fueron señaladas
seis, dejándose dos sin pitar por parte del colegiado Medina Cantalejo.
El sábado estará en manos del trencilla de turno, en este caso Undiano
Mallenco, que no se repita una persecución así