Un contratiempo inicial
se ha convertido, gracias al poderío global del Barça, en una gran
ventaja de cara al futuro inmediato. Leo Messi no jugó ni un minuto
ante el Sevilla al haber padecido un día antes un molesto dolor de
barriga que puso en duda su concurso hasta instantes antes del partido.
Pep Guardiola decidió dejarle en el banquillo por si el choque lo
requería, pero como los goles fueron cayendo uno tras otro el técnico
azulgrana optó por dejar al número uno del mundo disfrutando del juego
de sus compañeros como un espectador más; eso sí, vestido de corto. El
resultado de todo ello no pudo ser más satisfactorio para los intereses
del Barça: el equipo confirmó que sin Messi también puede ser una
máquina, el crack argentino pudo tomarse un respiro y el técnico tiene
al jugador más desequilibrante del universo futbolístico con renovada
frescura y muy motivado para encarar el tramo decisivo de la temporada.
Guardiola
está demostrando un gran acierto durante toda la temporada en la toma
de decisiones en cuanto a la utilización de los recursos de su
plantilla, pero hay momentos en que no viene mal que te eche una mano
la casualidad. En su planteamiento inicial para recibir la peligrosa
visita del Sevilla, el técnico tenía previsto contar con toda su
artillería y eso incluía a Messi en la alineación. Ya avisó
recientemente que "iremos con todo hasta donde podamos". Pero el
martes, el jugador no pudo entrenarse debido a unas molestias
estomacales y, aunque durante la mañana del miércoles se ejercitó con
normalidad, horas después Guardiola decidió reservar a su crack con la
precaución de sentarlo a su lado por si el desarrollo del partido no
era positivo.
El cuarto con más minutos
En la
decisión del entrenador sin duda pesó que Messi venía de jugar cuatro
partidos completos de gran exigencia en apenas nueve días, una tanda
que solamente había afrontado otras dos veces durante la actual
temporada y en fechas más espaciadas. Además, ese esfuerzo extra lo dio
Messi después de haberse entregado al máximo en los dos partidos que
disputó con su selección antes de regresar a Barcelona y jugar los
últimos 30 minutos del Valladolid-Barça y todos los posibles frente al
Bayern en el Camp Nou y en el Allianz Arena, frente al Recreativo y el
Getafe. De tal manera que Messi está siendo uno de los futbolistas con
más minutos (3.424) en sus piernas en la plantilla azulgrana, por
detrás de Víctor Valdés, Daniel Alves y Xavi Hernández.
Con
seis partidos en el horizonte inmediato para reconquistar el título de
Liga, a uno de coronarse campeón de Copa y a dos de llegar a la ansiada
final de la Champions League en Roma, Messi llega con las energías
renovadas para cerrar a lo grande una temporada que puede ser histórica
para el club y también para su carrera. Sin duda, de lo que pase en los
próximos partidos en feudos como Mestalla, Stamford Bridge o el
Bernabéu dependerá en gran medida que su sueño de ser reconocido de
forma oficial como el mejor jugador del mundo esté más cerca que nunca