Si el Barça se felicitó el
pasado domingo con la quinta amarilla que acumuló Palop y la tarjeta
roja que vio Adriano en Mestalla, por las que Competición castigó a
ambos con un partido, el de esta noche en el Camp Nou, ayer por la
mañana los hispalenses recibieron de igual manera las molestias
estomacales que impidieron a Leo Messi entrenarse con sus compañeros y
que le hacen ser duda para el encuentro de hoy. El argentino no es sólo
el mejor jugador del mundo y, en consecuencia, de los azulgrana sino
que también se ha convertido en la auténtica bestia negra del Sevilla:
en seis partidos de Liga, el delantero le ha endosado hasta cinco goles.
Riesgo cero
Messi podría ser duda hasta última hora. Ayer ni siquiera se
desplazó a la Ciutat Esportiva de Sant Joan Despí por culpa de una leve
gastroenteritis que por la tarde aún le mantenía en casa. Los jugadores
azulgrana están citados hoy en el Camp Nou a las 12.30 horas para
ejercitarse en el estadio y Pep Guardiola decidirá en función de cómo
se encuentre el argentino. No obstante, el técnico no arriesgará en
absoluto y sólo alineará a Messi si está en perfectas condiciones. La
pérdida de líquidos que ha sufrido el delantero en las últimas horas
aumenta las posibilidades de una lesión muscular y Pep, consciente de
su importancia en el equipo y del duro calendario que les espera, con
Valencia el sábado y Chelsea y Madrid la próxima semana, quiere cuidar
al máximo a Messi.
La pesadilla hispalense
En la primera vuelta, Leo ya fue determinante en el 0-3 del Pizjuán,
con un partidazo completado con dos goles soberbios en la segunda
mitad, el primero con una volea desde fuera del área y el segundo
rematando a puerta vacía, aunque sin apenas ángulo, tras sortear a
Palop. Sus otras tres dianas al Sevilla llegaron una hace dos
temporadas y dos en la pasada, todas en el Camp Nou