Los motivos por los que Florentino no podrá cumplir su sueño de ver a Messi enfundarse la elástica blanca y a Benítez
devolver la alegría al Real Madrid es porque el argentino
está encantado en Can Barça y Rafa no tiene la necesidad de cambiar de
aires. Pero más allá de eso, Messi no es Figo y su
afecto por el Barça es casi el mismo que tiene un niño por su madre.
Nació futbolísticamente en las arcas blaugranas. Se alimentó en ‘La Masía’
a base de cariño. Superó el trauma de sus problemas hormonales gracias
al talento de los servicios médicos del club. Creció alejado de los
problemas. Fue protegido de las adversidades físicas cuando nadie
confiaba en él.
Y
de pronto, cuando ni siquiera los más sofisticados telescopios europeos
habían captado a una de las estrellas más brillantes en la cúpula
celeste, explotó un astro en el norte de España que iluminó al mundo
entero. Messi es un soldado del ejército del Barça, como Xavi, Iniesta y Puyol. O como lo son en el Madrid Casillas y Raúl.
Messi no es Figo y no se irá al Madrid, por más que Florentino sueñe un
día sí y otro también con ver a Messi entrenándose en Valdebebas. Eso
no pasará porque el Barça le tatuó en el pecho dos colores que no son
compatibles con el blanco del Madrid.
El
segundo sueño roto de Florentino se llama Benítez. Por ahora es
impensable sacar a Rafa de un club que posee lo que le hace falta al
Madrid: estabilidad y liderazgo. El Liverpool, más allá de enterrar el
prestigio del Madrid en competiciones europeas, demostró que el éxito
de un club en tiempos modernos radica en la perseverancia de proteger
un proyecto que siembra esperanza y cosecha éxitos. Y para muestra un
botón: Benítez lleva aleccionando, madurando, consumando y puliendo a
sus pupilos en el Liverpool durante cinco largos años, los mismos que
lleva el Madrid -por méritos propios y ajenos- cambiando, corriendo y
desprestigiando a técnicos, presidentes y jugadores.
Dos formas de ver el fútbol
Definitivamente
son dos formas distintas de ver el fútbol. Benítez tiene libertad para
jugar al ajedrez en Anfield. En el Madrid no. Y no porque en el Madrid
no fuese posible, sino porque esa libertad para manejar el apartado
deportivo al antojo del entrenador es una característica y un acierto
propio del fútbol inglés. Al ex técnico del Valencia le gustan los
proyectos a largo plazo, en el que la palabra y la lealtad son el
contrato por excelencia. En el Madrid eso no se lo podrían prometer por
una sencilla razón, porque la presión que se genera en torno al club
más importante del mundo cuando las cosas no marchan bien es
asfixiante, y esas tormentas cargadas de fuertes vientos y lluvias
torrenciales no las pronostica ni el sistema meteorológico más
cualificado.
La
misión de Florentino es difícil de cumplir. Reconstruir un barco que ha
sufrido una grieta en mar abierto, por la que han entrado cientos de
litros es complicado. Tiene que devolverle al Madrid el liderazgo, la
gloria y el prestigio que han echado por la borda capitanes sin
licencia para navegar. Pero eso sí, dejará de suspirar por Messi y
Benítez cuando termine de armar el rompecabezas que tanto tiempo le
está robando. A falta de Benítez, Ancelloti tienen una cita con Pérez para ocupar el puesto de entrenador, según pudo saber El Confidencial. Los currículum de Kaká, Cristiano Ronaldo y Villa están en su escritorio. Zidane
ya ha pasado la prueba y si llega a la presidencia será su consejero.
Sólo le faltan unas cuantas piezas para que el puzzle quede terminado.
Pero no serán ni Messi, ni Benítez.