El rosarino ingresó en el complemento y
marcó el 1-1 ante el conjunto balear. El equipo que contó con Lux de
titular y con el ingreso de Scaloni ganaba con un hombre más y
desperdició un penal. Entró la Pulga y se acabó el suspenso. Por su
parte, Athletic Bilbao revirtió su serie ante Sevilla con un 3-0 y es
el otro finalista.
La Copa
del Rey está pronta a llegar a su desenlace y hoy Athletic Bilbao y
Barcelona sellaron su pasaje a la final que se disputará el 13 de mayo
en Valencia. El equipo vasco buscará revivir sus viejas épocas de
gloria y para ello querrá igualar el récord de los catalanes en cuanto
a consagraciones.
El equipo de Guardiola afrontó el partido de vuelta con mayoría de
suplentes, con la confianza que le brindó el 2-0 de la ida. Pero
sorprendió Mallorca, y amparados en una muy sólida actuación de Germán
Lux en el arco, logró ponerse en ventaja cuando la primera parte
llegaba a su ocaso. El uruguayo Gonzalo Castro puso el 1-0 con un buen
zurdazo que el arquero Pinto no logró detener.
La segunda mitad se vivió a puro vértigo. A los quince minutos el
charrúa Martín Cáceres derribó a su compatriota Castro en el área.
Penal y expulsión. La mesa estaba servida para Mallorca, pero el
disparo de Martí fue detenido por Pinto. Enseguida Guardiola mandó a la
cancha a Messi y desde entonces todo cambió.
El partido se volvió favorable al equipo catalán y el desequilibrio de
Messi sólo podía ser impedido a través de faltas. Así, el local quedó
con diez hombres y ya cuando se acercaba el final el rosarino, en una
jugada individual puso el empate y sentenció la serie. Fue 1-1 y
Barcelona jugará la 34ª final de su historia, en búsqueda del 25°
título.