No existe ningún tipo de preocupación por el rendimiento del argentino. Su fútbol está a prueba de bombas
Leo Messi fue el primero, tras el encuentro en Lyon, en señalar que “en
ningún momento me encontré bien sobre el campo”. El argentino no buscó
excusas a un partido en el que no brilló. De él se espera mucho y,
cuando no aparece, el equipo lo nota. Pero no hay nada que temer. Messi
es humano y, como tal, su rendimiento no puede ser lineal.
El
cuerpo técnico asume que no puede contar con la mejor versión del crack
blaugrana durante toda la temporada. Es por ello que, en determinados
momentos, le han hecho descansar. No sólo para evitar esfuerzos
innecesarios que puedan repercutir en su estructura física en forma de
lesiones, sino también para que, futbolísticamente y, sobre todo,
mentalmente, esté fresco en los momentos importantes de la temporada.
Se trata de algo normal teniendo en cuenta que el futbolista lleva
muchos meses acostumbrado a ser la referencia del equipo, no sólo en el
Barça, sino también en la selección argentina. Messi disputó los Juegos
Olímpicos con la albiceleste en verano. Lo hizo porque el Barça así lo
quiso, pese a que el TAS dio la razón a la entidad blaugrana cuando se
negó a que Leo participara en los Juegos Olímpicos, un gesto que la AFA
agradeció públicamente.
Tanto desgaste, sumado al hecho de que
esta temporada Messi debe convivir con el hecho de ser el sucesor de
Ronaldinho como máximo exponente del Barça, debía notarse en algún
momento. Ahora el argentino no está tan fresco, pero no es algo que
preocupe demasiado. Sin lesiones, Messi seguirá siendo decisivo sobre
el terreno de juego y desequilibrante en cuanto su nivel físico vuelva
a ser el idóneo. Por otro lado, el futbolista también está obligado a
convivir con el hecho de ser el futbolista más vigilado por los
rivales. “Ya no lo defienden dos jugadores, sino que, en ocasiones, lo
hacen cuatro e, incluso, cinco, lo que dificulta mucho su labor”,
aseguran en el equipo. Leo deberá acostumbrarse a esta situación.
Quizás él no pueda desequilibrar siempre como suele hacerlo, pero tanto
jugador a su alrededor habilitará a sus compañeros. Aquí también jugará
un papel determinante la labor arbitral. Y es que Leo Messi está
comprobando en sus piernas como la dureza de los rivales ha aumentado
considerablemente esta temporada. Anularle es la obsesión de los
rivales, pero los colegiados deben frenar que se supere la línea.