Entra Ribéry con guantes.
El frío es tremendo. Empieza el partido y sus botas verdes parecen
atraer el balón. Todo pasa por sus pies, es la arteria que bombea
sangre al corazón de Francia. Lucha, encara, crea y remata. Es un
todoterreno con alma guerrera, es inteligente porque decide en décimas
de segundos la mejor opción, no baja la cabeza nunca. Ni siquiera
cuando el público marsellés empieza a corear con 'olés' los pases de la
selección albiceleste tras el segundo gol. No baja la cabeza porque es
un hombre de orgullo. La grada pide "Domenech dimisión" porque Francia
ha perdido pese a la actividad frenética de Ribéry, que combina con
'Tití' Henry, elegante pero sin sangre. El crack del Bayern no sólo es
fantástico porque su técnica es depurada, es especial porque no baja de
intensidad y todo lo hace rápido, a una velocidad endiablada.
Se
entenderá con Messi. Si finalmente el Barça invierte en el jugador
francés favorito de Maradona -"está dos pasos por delante de los
demás"- hará un gran favor a Leo, porque podrá abandonar la banda para
jugar de '10' que es como realmente le gusta jugar a él. Y se entenderá
porque hacen el mismo fútbol, de potrero, de tipos listos, de lucha
pero con técnica. Sería un regalo para Leo, para el Barça.
Ribéry
se quedó viendo cómo Messi marcaba un golazo y debió pensar que es
mejor jugar con Leo que tenerlo como rival. Leo fue el personaje
principal del partido, el protagonista del primer partido de verdad de
Maradona. Y hubo otra estrella invitada: Jonás. El autor del primer gol
de Argentina es la prueba de que Maradona hace milagros. La pócima
mágica del Diego entrenador es hacerle creer a sus jugadores
secundarios que son lo mejor del mundo. Salió Diego al calentamiento
del once titular y se acercaba uno a uno a sus jugadores para
gritarles, aleccionarles, hacerles sentir que defender los colores de
la albiceleste es lo más grande que les ha podido pasar en sus vidas.
Jonás dejó el Mallorca para fichar por el Newcastle, donde juega sin
regularidad. Pero Diego se levantó un día y decidió que su lateral
sería Emiliano Papa, que no Zapata, y que su extremo por esa banda
izquierda sería ese melenudo desgarbado, con pinta de mosquetero,
incapaz de correr con el balón controlado pero sí de hacerlo con una
profunda convicción.
La resurrección de Jonás
Jonás
Gutiérrez superó una parálisis en la parte izquierda de su cuerpo
cuando era un niño. Su madre Mónica, profundamente religiosa, había
escogido el nombre de Jonás recordando al predicador del antiguo
testamento que sobrevivió después de permanecer tres días en el vientre
de una ballena. Como el médico que le atendía dijo que sólo mejoraría
si practicaba deporte, Mónica le acompañaba cada día a los
entrenamientos de fútbol. Y Jonás triunfó. Y ahora incluso marca contra
Francia. Curiosidades de la vida, su debut con la selección absoluta
fue en un Francia-Argentina con victoria. En esa ocasión fue 0-1, esta
vez la genialidad de Messi hizo que acabara 0-2