Messi tiene un nuevo estímulo para seguir
peleando por la Liga y por el Pichichi y la Bota de Oro: Xerez y
Villarreal, los dos próximos rivales del Barça en la Liga, son dos de
los pocos equipos de la actual Primera División a los que todavía no ha
conseguido marcar un gol.
El delantero argentino ha repartido
sus 81 goles en Primera División entre 25 equipos, ocho de los cuales
militan actualmente en Segunda División. En su línea de estar siempre a
punto en las grandes citas, los equipos que mejor se le dan al argentino
son, precisamente, los rivales más complicados. Real Madrid, Atlético
de Madrid y Sevilla son sus mejores ‘víctimas’ pues a cada uno de ellos
les ha endosado siete dianas.
Mientras que al Xerez sólo se ha
enfrentado en una ocasión, el encuentro de la primera vuelta que acabó
con 0-2, el asunto con el Villarreal es más peliagudo pues desde la
campaña 2005-06 ha disputado cinco encuentros contra el ‘submarino
amarillo’ sin que haya encontrado la meta rival.
Leo está
consiguiendo más goles que nunca, por ahora 27 en la Liga, y en el
presente curso ha batido las redes de catorce de los diecinueve rivales.
Al margen de Xerez y Villarreal, se le han ‘escapado’ Sporting, Osasuna
y Espanyol.
¿Descansará pensando en el Inter?
Es bien sabido que Leo Messi quiere jugar todos los partidos, sea
el rival que sea. Pero la temporada está llegando a su fase decisiva y
existe la posibilidad de que Pep Guardiola pueda convencerle para que se
tome un pequeño respiro antes de afrontar la recta final. En
principio, el partido frente al Xerez es uno de los duelos más
asequibles de los que le restan al ‘Pep team’. Es cierto que el Barça no
puede hacer la más mínima concesión si quiere mantener el pulso con el
Real Madrid en la lucha por el título de Liga, pero el concurso del
delantero argentino no parece tan imprescindible como en otras
ocasiones. Por tanto, es una ocasión perfecta para que Messi no juegue
este encuentro, o que al menos no dispute los noventa minutos y así
recargue pilas para el choque contra el Inter. Leo sólo se tomó un
respiro en el Mallorca-Barça, en el que disputó los últimos cuarenta
minutos.