El virus FIFA, los videos de espartanos y
las lesiones de Villa e Ibrahomivic cocinaron un partido extraño entre
Valencia y Barça que terminó en tablas.
Los locales se
tuvieron que entregar a Mata-Silva-Pablo para buscarle las cosquillas
al dúo Puyol-Piqué. Por su parte Guardiola se inventó una tripleta
parecida formando con Iniesta-Messi-Pedro otra delantera de bajitos.
Así
las cosas no era de extrañar que el partido careciera de pegada,
convertido en un ir y venir bullicioso en el que la sensación de
peligro fue patrimonio del Valencia en el primer tiempo y del Barça en
el segundo.
EL VALENCIA O EL ANTIBARÇA
El partido
empezó con el Valencia mucho más enchufado. Pablo Hernández,
rapidísimo, se plantó ante Valdés a las primeras de cambio y el meta
azulgrana, el mejor del partido, salvó en el uno contra uno (1') el
primer gol. Fue la tarjeta de presentación del Valencia.
El
Barça intentaba tocar y tocar en busca de su juego pero la presión
local y el desacierto de los de Guardiola hacía imposible enlazar con
los tres de arriba.
Un disparo lejano de Alves y una llegada
tímida de Keita fue el pobre balance ofensivo del Barça en la primera
media hora. Mientras, el Valencia seguía mordiendo y llegando con
peligro. Silva rompía como quería por la izquierda, Pablo seguía
haciendo de las suyas por tierras de Abidal y Valdés tuvo que emplearse
a fondo lanzándose a los pies de Mata (19') para evitar de nuevo el gol.
En
este tramo, la única ocasión del Barça fue un tiro cruzado de Iniesta,
colocado como falso delantero centro, tras un buen pase de Alves (34').
Muy pobre balance.
EL DESPERTAR DEL BARÇA
Con la
segunda parte apareció el verdadero Barça. Algo debió decirles
Guardiola a los suyos en el vestuario porque el equipo se reinventó.
Con el Valencia pagando el esfuerzo del primer tiempo, el partido entró
en un cuerpo a cuerpo mucho más igualado.
Messi volvió a la
banda derecha, Iniesta a la izquierda y Pedro quedó como delantero
centro en ese baile de bajitos que planteó Pep. Y en su hábitat natural
el argentino volvió a ser el del Barça después de un primer tiempo
desaparecido.
Las ocasiones empezaron a caer de uno y otro lado
en un intercambio de golpes digno de espartanos. Messi avisó primero
con un tiro cruzado (48'), Xavi se animó con otro tiro tras jugadón de
Iniesta pero el balón tocó en un defensa y salió fuera (62') y Pedro
tuvo el tanto en sus pies pero César despejó cuando los culés ya
cantaban gol (63').
El Valencia tampoco renunció al ataque.
Mathieu, muy activo, lo probó de lejos (65'), Pablo casi sorprendió a
Valdés desde el centro del campo (68') y Silva remató a bocajarro ante
un Víctor Valdés de nuevo salvador cuando Alves se dolía en el suelo de
un presunto codazo de Banega (70').
TRACA FINAL... SIN POLVORA
El
último cuarto de hora siguió con ocasiones pero sin goles. Cada
entrenador hizo sus cambios. Guardiola dio entrada a Bojan y Busquets
por Pedro y Xavi pero el discurso no cambió. De hecho, la mejor ocasión
la tuvo Touré Yaya en un disparo fuerte, seco, cruzado que César detuvo
con suspense incluido pues el balón se le escurrió entre las manos y
por poco se cuela en su portería (88').
Emery dio entrada a Miku
por Mathieu y Baraja por Silva quizá ya firmando tablas. De hecho, no
hubo tiempo para más. La séptima victoria consecutiva no pudo ser. El
virus FIFA dejó al Barça medio constipado y dando por bueno el empate
en Mestalla ante un Valencia que, jugando como hoy y con la pólvora de
Villa, puede aspirar a todo. La mejor noticia para los azulgrana es
que, con este punto espartano, siguen siendo los líderes de la Liga.